Intro Recuerdo, Ismael Serrano.

...a mi me ha pasado, quizás alguna vez caminando por la calle, les ha parecido encontrar, les ha parecido ver entre el tumulto de la gente, apareciendo y desapareciendo como una visión fugaz a una persona a la que amaron hace mucho tiempo, apenas fue un breve instante, un destello de luz, un fogonazo que deja una herida en la retina y en el alma, dicen que cuando uno se muere que le pasa toda la vida por delante, todos los recuerdos, esto debe ser parecido a... no se si a morir, por que de repente también lo golpean miles de recuerdos la cabeza y uno queda paralizado en la acera, sintiendo que va a contracorriente de toda la gente, aunque no estas muy seguro de que se trate de esa persona, no estamos seguro por que primero como digo fue un breve instante, un momento fugaz, y luego por que hace tanto tiempo desde la ultima vez que os visteis que es bastante probable que hayan cambiado los dos un poco y tu también aunque te niegues a reconocerlo y esta bien. y uno se llena entonces de dudas, y empieza a pensar que uno en un momento así confunde la realidad con el deseo, por que a lo mejor, a lo mejor si se trata de esa persona... realmente es, pero a lo mejor no, a lo mejor uno desea tanto ese encuentro que la inventa entre la gente, apareciendo y desapareciendo, y a lo mejor lo deseas inconscientemente, quizás no quedó nada urgente que decir nada pendiente, pero uno desea encontrarse con esa persona por que es encontrarse un retazo de lo que fuimos, de aquel momento inolvidable en el que fuimos eternos, quizás simplemente uno se quiera encontrar con esa persona para... yo que sé, para decirle, ¿qué tal estás? ¿qué ha sido de tí? o ¿qué fue de nosotros?, o... ¿qué fue de mi?Algo parecido ocurre en la canción que vamos a cantar ahora, transcurre en el metro hacia Madrid, es la historia de un tipo que... entra al vagón y en el asiento de enfrente le parece encontrar a la mujer a la que amó hace mucho tiempo, lo que voy a contar ahora lo entenderá quien conozca la canción, quien no conozca la canción tendrá que esperar a escucharla para entender lo que voy a decir a continuación, muchos familiares muchos amigos muchas amigas suelen preguntarme por el final de esta canción, me suelen preguntar que que diablos le pasa por la cabeza a la muchacha que protagoniza dicho final, y nunca puedo responder, nunca puedo satifascer a quien pregunta, por que no tengo ni puñetera idea de lo que le pasa a la muchacha, pero si sé algo, sé que un dia todo cambiará, todo será diferente, un día el muchacho entrará al vagón como cada vez que cantamos esta canción y la encontrará sentada radiante y luminosa entre la gente, se acercará a ella para hacerle la pregunta que siempre le hace al terminar la canción, y un día, no se cuando espero que mas pronto que tarde, pero un día todo será diferente, por que ella se levantará de su asiento sosteniendole la mirada al muchacho, y el vagón detendrá su ritmo inquieto, las cabezas de todos girarán hacia ellos, la ciudad también se detendrá, los coches en mitad de las calles, la gente saldrá a las ventanas, las palomas emprenderán el vuelo, ella se acercará mucho y frente a frente, un día le responderá de forma muy diferente a como lo hace en la canción...

Me levanto temprano, moribundo. Perezoso resucito, bienvenido al mundo. Con noticias asesinas me tomo el desayuno. Camino del trabajo, en el metro, aburrido vigilo las caras de los viajeros, compañeros en la rutina y en los bostezos. Y en el asiento de enfrente, un rostro de repente, claro ilumina el vagón. Esos gestos traen recuerdos de otros paisajes, otros tiempos, en los que una suerte mejor me conoció. No me atrevo a decir nada, no estoy seguro, aunque esos ojos, sin duda, son los suyos, más cargados de nostalgia, quizás más oscuros. Pero creo que eres tú y estás casi igual, tan hermosa como entonces, quizás más. Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad. Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores, del interrogante en tu mirada. La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres, jóvenes promesas, no, no teníamos nada. Dejando en los portales los ecos de tus susurros, buscando cualquier rincón sin luz. "Agárrate de mi mano, que tengo miedo del futuro", y detrás de cada huida estabas tú, estabas tú. En las noches vacías en que regreso solo y malherido, todavía me arrepiento de haberte arrojado tan lejos de mi cuerpo. A ahora que te encuentro, veo que aún arde la llama que encendiste. Nunca, nunca es tarde para nacer de nuevo, para amarte. Debo decirte algo antes de que te bajes de este sucio vagón y quede muerto, mirarte a los ojos, y tal vez recordarte, que antes de rendirnos fuimos eternos. Me levanto decidido y me acerco a ti, y algo en mi pecho se tensa, se rompe. "¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mí?" Y una sonrisa tímida responde: "Perdone, pero creo que se ha equivocado". "Disculpe, señorita, me recuerda tanto a una mujer que conocí hace ya algunos años". Más viejo y más cansado vuelvo a mi asiento, aburrido vigilo las caras de los viajeros, compañeros en la rutina y en los bostezos.